La tecnología en la cultura musical
El
texto “Los bárbaros” del autor Alessandro Baricco nos plantea la siguiente
premisa “existen hoy en día muchos gestos, pertenecientes a las costumbres más
elevadas de la humanidad, que, lejos de agonizar, se multiplican con
sorprendente vitalidad: el problema es que en este fértil regenerarse parecen
ir perdiendo el rasgo más profundo que tenían, la riqueza a la que habían
llegado en el pasado, tal vez incluso su más íntima razón de ser.”
Yo
lo relaciono con un tema que se debatió en la clase de Periodismo Digital, en
el cual se tocaba el tema de preferir lo físico sobre lo virtual en lo
concerniente al asunto de los libros. Este también es un caso presente en la
cultura musical, basándome en lo dicho por Alessandro Baricco la costumbre de
escuchar música en vez de reducirse se ha multiplicado gracias a plataformas
como Youtube y Spotify, donde cada persona tiene infinidad de canciones para
escuchar, sin embargo, al mismo tiempo se ha perdido la riqueza de tener un
disco o vinilo, la emoción de poner el longplay en el equipo y escucharlo sonar
nítidamente, la sensación del olor que tiene un nuevo cd o vinilo. Además, la
inmediatez de Internet hace perder un poco el sentido de la emoción, antes
cuando una banda lanzaba un disco solo se podía escuchar por las radios los
sencillos del álbum, pero el resto del material era una incógnita, esa razón
llevaba a las personas a ir las tiendas para comprar el trabajo discográfico y
revelar ese enigma, dicho misterio hoy ya no existe.
Baricco
también nos indica que “la disminución de la calidad ha coincidido con un aumento
de la cantidad. Desde que circula un vino simple y espectacular hay muchas más
personas que beben vino. En este caso, 45 como en muchos otros, la pérdida del
alma parece ser el precio que hay que pagar por la expansión de un negocio que,
de otra forma, tendría dificultades. Es sencillo: comercialización en auge
igual a pérdida del alma.”
Este
es otro aspecto que también puede relacionarse con el ambiente musical, con el mp3
se disminuyó la calidad de las canciones, sin embargo, por esa razón aumentó el
número de personas que consumen música. La pérdida del alma yo la relaciono con
el exceso de tecnología en una canción, voces que suenan robóticas, en algunos
casos se prescinden de bateristas reales y se utiliza una batería virtual para
reemplazarlos. Los afinadores de voz han funcionado para aumentar la
mercantilización de un tema, lo cual confirma la teoría de Baricco que
manifiesta que comercialización es igual a pérdida del alma.
Cuando
se convierte una canción con calidad de CD a mp3 es obligatorio pasar por un
proceso de comprensión de archivos que culmina con una pérdida de calidad, lo
cual implica que se disminuya el número de bits del trabajo musical. Existen
programas que al comprimir aumentan los sonidos y los graves de un determinado tema, esto
ocasiona que se pierda toda la riqueza de la producción que estuvo incluida en
la grabación de estudio.
Andy Hildebrand, creador
del software Autotune, admite que esta técnica
de producción musical tiene errores que pueden disminuir la calidad de un tema,
debido a que esta tecnología usa solo una porción del total para encontrar el
tono, eso hace que en los casos donde la desafinación es exagerada la
corrección no suene bien al oído humano, ya que no se tienen en cuenta
elementos importantes tales como el ruido e impurezas sonoras. Un artículo de www.eldiario.es titulado “Vida y milagros de Auto-Tune, el
programa que cambió la música (¿a peor?)” menciona que este software ocasiona
que las voces se escuchen muy distorsionadas, al punto que parezcan ser
producidas por una máquina y no por un humano, también el texto señala que sin
este efecto muchas obras musicales no hubieran tenido oportunidad ni éxito.
El presente ensayo ha tenido como objetivo presentar cómo el
uso de la tecnología ha influenciado al ambiente de la música tomando como base
los argumentos esgrimidos en el texto
“Los bárbaros” del autor Alessandro Baricco, así como buscando otras opiniones
que refuercen dichas hipótesis.
Boris Esteban Bernal.
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